Alejandra Travels no es sólo una viajera, sino que también es una exploradora, una mujer que ha hecho del mundo su hogar y que encarna perfectamente el verso de The Chemical Brothers: “Remember, remember, no geography“.
Con más de una década de experiencias nómadas, ha recorrido continentes, dejando huella en los lugares que ha visitado y, lo más importante, encontrándose a sí misma en cada paso del camino.
Su historia es un testimonio de cómo el nomadismo, la conexión con la naturaleza y el desapego pueden transformar a una persona, llevándola a convertirse en una versión más auténtica y libre.

De adolescente a nómada: La evolución de la libertad
A los 15 años, Alejandra Travels le entregó a su papá una carta en la que le expresaba su deseo de ser libre. Su papá no comprendió del todo el significado de esas palabras, pero ella le aseguró que con el tiempo cobrarían sentido.
Tiempo después, emprendió un viaje que ha sido, y sigue siendo, una travesía sin fin. Recuerda cómo, al llegar a Australia, experimentó una forma de libertad que antes no había conocido:
“En Australia, yo era solo Alejandra, no la hija de nadie ni parte de una etiqueta social“, explica. Ese fue el primer paso hacia una nueva comprensión de la libertad.
A medida que pasaban los años, su visión fue transformándose. Tras obtener la ciudadanía australiana, alcanzó una mayor independencia, al dejar atrás limitaciones migratorias.
Finalmente, al convertirse en nómada, Alejandra Travels descubrió lo que para ella significa la libertad absoluta: la capacidad de hacer lo que quiera, cuando quiera y como quiera, aunque también reconoce que equilibrar esa libertad con las exigencias del trabajo y la vida personal es un reto constante.

Alejandra Travels: Conectar con los locales, el corazón del viaje con propósito
Para Alejandra, viajar con propósito es mucho más que elegir destinos conscientes. Se trata de sumergirse realmente en las culturas que visitamos.
“Lo que yo más hago es conectar con un local. Y ese local puede ser cualquier persona que te encuentres en el día: el cajero, el que está vendiendo algo en la calle, el taxista. Y cuando tú conectas con un local y le preguntas sobre el país, ya de por sí te estás educando“, explica.
Según ella, un viajero consciente busca entender el lugar de manera profunda, más allá de la experiencia superficial del turista, involucrándose con la comunidad local y aprendiendo de su realidad.
Pone en práctica este enfoque al tomar decisiones que favorecen la economía local y el intercambio genuino con las personas que habitan los destinos que visita.
“Yo intento no quedarme en hoteles de marcas grandes, sino quedarme en hoteles locales. Intento mucho comer comida local, nada que sea de cadena. Intento hacer tours también de locales”, comenta.
Estas acciones, para ella, son una manera de equilibrar el impacto de su viaje con un aporte positivo a la comunidad que la recibe, ayudando a mantener viva la economía local y creando experiencias más auténticas.
Alejandra Travels: La importancia de la conexión con la naturaleza
También ha aprendido que la naturaleza es esencial para su bienestar físico y emocional. Alejada de la vida urbana, la conexión con los paisajes naturales le permite encontrar equilibrio, paz y energía.
“Solamente voy a sitios donde yo sé que le harán bien a mi alma”, señala.
Desde caminar por la playa hasta practicar senderismo en las montañas, la naturaleza se ha convertido en una fuente constante de recarga.
Entre los destinos más impactantes para Alejandra Travels están Raja Ampat y Svalbard. En Raja Ampat, se maravilló con la biodiversidad del mar, como las mantarrayas de 4 metros y los tiburones, en un lugar tan remoto que aún conserva su naturaleza intacta.
Por otro lado, su experiencia en Svalbard, uno de los archipiélagos más al norte del planeta, fue igualmente sobrecogedora:
“No sabes lo que lloré. Me imagino que te sientes abrumado de lo bonito que está“, recuerda.
No obstante, no duda en elegir a Bali como su destino para recargar energía.

El desapego emocional: dejar ir y la construcción de una nueva tribu
Uno de los aprendizajes más poderosos que ha dejado su estilo de vida itinerante es el desapego emocional. Vivir entre diferentes culturas y lugares implica, en muchos casos, despedirse de personas y experiencias. Sin embargo, para Alejandra, dejar ir ha sido un acto liberador.
“El aprendizaje más grande ha sido el desapego. Cuando aprendes a soltar el apego a las personas, los lugares y las cosas materiales, experimentas una liberación profunda“, comenta.
Este desapego no significa desinterés o frialdad, sino una liberación de las expectativas y las ataduras emocionales. Al principio, las despedidas eran difíciles, especialmente cuando conocía personas maravillosas que no sabía cuándo volvería a ver.
Sin embargo, a lo largo del tiempo, ha aprendido a vivir con la certeza de que cada encuentro tiene su propio valor y que las relaciones no siempre requieren proximidad física para mantenerse vivas.
En cambio, Alejandra ha encontrado nuevas tribus en sus viajes: amistades nómadas que, aunque no se vean todo el tiempo, permanecen conectadas, comparten experiencias y, aún en la distancia, permanecen juntas, como dicen The Chemical Brothers:
“If you ever change your mind about leaving it all behind
Remember, remember, no geography
Me, you and me
Him and her, and them too
And you, and me tooI’ll take you along, I’ll take you along with me”.
