Los alpinistas desafían las alturas con coraje y determinación. Conquistar montañas empinadas y escarpadas requiere habilidad técnica, resistencia física y valentía inquebrantable. No es fácil, pero siempre hay una forma de comenzar.
Ejemplo de ello es el ingeniero y empresario potosino Alfonso Aguilar, quien comparte para Líder Empresarial, los kilómetros de ascensos y horizontes que ha recorrido gracias a este deporte de “gran altura”.
Profesionalmente, Alfonso es ingeniero civil, egresado de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), con más de 12 años de experiencia en el sector inmobiliario en México, Perú, Chile y Reino Unido.
De igual forma, es CEO y Co-founder de Perfilan.com, una plataforma que permite que más prospectos digitales se conviertan en oportunidades de venta, así como socio fundador de Proyecta con vida, soluciones inmobiliarias.
Si bien su currículum suma más de una década, el gusto y pasión por los deportes lo sumergieron en su activa dinámica, desde incluso, sus primeros años de infancia junto a su familia.
El primer ascenso
Desde niño, tuvo la oportunidad de practicar distintas disciplinas, entre ellas el Racquetball, Squash y Frontenis. Actualmente, sus favoritos son los deportes al aire libre y en la naturaleza, principalmente bicicleta de montaña y gravel, así como el alpinismo.
Fue así como a los 16 años comenzó a trabajar en sus vacaciones escolares, y más tarde, en la universidad, combinó sus estudios con el trabajo. Esto le permitió ahorrar y comprar su primer vuelo en solitario al extranjero, rumbo a Londres.
“Ahí llegué también a buscar trabajo, me fue muy bien y pude viajar por Asia y Europa. Esto de irme a viajar a un destino para trabajar lo repetí en Canadá, Perú y Chile, durante 6 años”, recuerda.
Su primer acercamiento fue con el senderismo, en un viaje por las playas cercanas a Londres, sin embargo, la primera experiencia en la montaña fue en Sri Lanka, a los 22 años de edad, subiendo el famoso Pico de Adán de 2 mil 243 metros de altura.
“Al poco tiempo dejó de ser un hobbie, para convertirse en una actividad profesional para mí. Aprovecho de cada lugar al que voy para conocer a través de los recorridos”, relata.
Horizontes convertidos en experiencias
A partir de ese momento, grandes horizontes alrededor del mundo lo han acompañado por su recorrido. La preparación para ello fue clave, por lo que tomó cursos de montañismo de la mano de instituciones y expertos.
“La complejidad siempre dependerá de la altura de la montaña, y en medida de eso, serán las herramientas que debes utilizar. No siempre es fácil, también la he pasado mal, pero es parte de ello”, expresa.
En México, la primera montaña que escaló fue la de “La Malinche”, de 4 mil 420 metros de altura, la quinta más alta del país. Refiere que cualquier relieve es una oportunidad para iniciar en el montañismo.
“Siempre una gran montaña será un reto, pero un cerro, planicie o cañón, son ideales para seguir sumando kilómetros de aprendizajes. Las montañas en México también son un excelente recurso.”, señala.
Al día de hoy, esta actividad la realiza con grupos de amigos que se ha encontrado en el camino, y que al igual que él, realizan este deporte de altura. Asimismo, desde hace 5 años, comparte con su esposa Isabel, con quien ascendió a una de las regiones de la Cordillera de los Himalaya, en India.
Finalmente, además de la hazaña de compaginar este deporte con su vida profesional, Alfonso también saca partido de actividades como el Ashtanga Yoga, que lo ayudan a mantener el equilibrio.