Rodeada de un ambiente lleno de arte, música y literatura desde el núcleo familiar, Ana Neumann rápidamente se convenció de que quería dedicarse de lleno a la cultura; una corriente que la llevó a convertirse en una de las difusoras culturales más importantes en el estado.
En entrevista para Líder Life, Ana Neumann relata sus primeros encuentros con la cultura y las artes, acogidos por el entonces máximo escenario en San Luis Potosí, el Teatro de la Paz, donde desde niña fue testigo de grandes obras de teatro, musicales y conciertos.
“Mi familia amaba las artes, en mi casa había una gran biblioteca y se escuchaba música clásica todo el tiempo; nos llevaban al teatro a todos los eventos”, recuerda.
Ana Neumann.
Con la libertad que siempre recibió de sus padres, Ana escribió a los ocho años lo que fue su primera puesta en escena “La Bola de Oro”, la cual protagonizaba como la reina de las hadas, y que si bien fue modesta, logró atraer la atención de su primer público.
Trayectoria siempre en “escena”
“Desde muy pequeña tengo la facilidad para crear cuentos, siempre tuve una imaginación muy grande. Esa imaginación que aún conservo es la que me ha ayudado a sobrevivir en este mundo real cada vez más complicado”, expresa.
Ana Neumann.
Ana comenta que desde niña su mayor sueño era conocer África, una oportunidad que tocó su puerta gracias a la diplomacia, al integrarse como cónsul y tercer secretaria de las embajadas de México en Tanzania y Etiopía, lo que también le dejó grandes experiencias.
Sus papeles dentro de la comunicación y la educación en el estado también fueron cruciales en la preparación de muchas generaciones, desde programas radiofónicos, televisión, así como dentro de las aulas.
Asimismo, su incansable pasión por la forma escrita encontró la libertad a través de publicaciones en espacios culturales de la segunda mitad del siglo XX en San Luis Potosí.
De igual forma, apostó por la formación artística de la niñez y las juventudes, con la creación de innumerables talleres, como el curso de teatro GRIMM que mantuvo durante 30 años.
Finalmente, si bien al inicio de su carrera fueron otras las motivaciones para seguir adelante, Ana está convencida que su hijo e hijas, así como sus nietos, son el motor que le permite seguir trabajando en la escena artística de San Luis Potosí.
