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Crioterapia: ¿Tiene beneficios bañarse con agua fría?

Crioterapia. ¿Realmente sirven los baños de agua fría? Foto: Getty Images vía Unsplash.
Crioterapia. ¿Realmente sirven los baños de agua fría? Foto: Getty Images vía Unsplash.

Las duchas de agua fría han ganado popularidad como una tendencia de bienestar. Desde influencers en redes sociales hasta atletas de alto rendimiento, todos parecen coincidir en que esta práctica promete mejorar la salud física y mental. Pero, ¿realmente es así?

Para despejar las dudas, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) difundió la perspectiva de la Dra. María Sanz Almazán, quien analiza los beneficios y limitaciones de esta práctica.

Más allá del entusiasmo viral, las duchas frías activan una serie de respuestas fisiológicas que, bien aplicadas, pueden ser útiles en ciertos casos. Pero, cuidado, no son para todos y su efecto puede ser más subjetivo que terapéutico.

Temazcales: relajación y purificación

Ventajas de bañarte con agua fría

El frío tiene un efecto directo en nuestro organismo, desde aliviar el dolor hasta reducir la inflamación”, explica la Dra. Sanz. Estos beneficios son parte de lo que se conoce como crioterapia, una técnica que utiliza el frío con fines terapéuticos.

Entre los efectos más destacados de la exposición al frío están:

  • Analgesia: El frío disminuye la conducción nerviosa, lo que alivia el dolor de forma local.
  • Reducción de la inflamación: Contrarresta la dilatación de los vasos sanguíneos durante procesos inflamatorios, disminuyendo la hinchazón y el calor.
  • Vasoconstricción: Favorece el cierre de vasos sanguíneos superficiales, ayudando a mejorar la circulación periférica.
  • Liberación de adrenalina: Incrementa el ritmo cardíaco y genera una sensación de alerta y bienestar.

Sin embargo, la experta subraya que los estudios sobre los efectos de las duchas frías diarias son limitados. “Conocemos el impacto fisiológico del frío, pero faltan pruebas concluyentes sobre sus beneficios a largo plazo”, señala.

¿Alivio muscular o placebo?

Las duchas frías suelen asociarse con la recuperación muscular, especialmente entre deportistas. Aunque algunos estudios sugieren que pueden reducir la fatiga y relajar los músculos tras un entrenamiento intenso, la Dra. Sanz advierte que las investigaciones son diversas y sus conclusiones ambiguas.

Lo que sí está comprobado es su eficacia en el manejo de lesiones musculares, como esguinces, roturas fibrilares o contusiones. “El frío funciona bien en procesos inflamatorios agudos porque reduce el dolor y limita la inflamación”, explica la especialista.

¿Realmente mejora la salud las duchas con agua fría? Nappy vía Unsplash.
¿Realmente mejora la salud las duchas con agua fría? Nappy vía Unsplash.

¿Mejora la circulación? Sí, pero no es mágica

Si tu objetivo es aliviar la hinchazón o mejorar la circulación en las piernas, las duchas frías pueden ser una solución práctica. La Dra. Sanz recomienda aplicarlas desde los pies hacia las rodillas, en sentido ascendente, para favorecer el retorno venoso. Esto es especialmente útil para quienes sufren insuficiencia venosa crónica, pues alivia síntomas como la pesadez y el hormigueo.

Eso sí, no esperes milagros. “La mejoría es temporal y no cura las patologías de base”, aclara la experta.

¿Quiénes deberían evitar las duchas con agua fría?

Aunque la mayoría de las personas pueden disfrutar de los beneficios del agua fría, existen excepciones. Entre los casos donde las duchas frías están contraindicadas, la Dra. Sanz menciona:

  • Síndrome de Raynaud: Una condición en la que el frío causa una contracción excesiva de los vasos sanguíneos en las extremidades.
  • Hipersensibilidad al frío: Como alergias o crioglobulinemia.
  • Enfermedades cardiovasculares: En pacientes con hipertensión, diabetes o cardiopatías, el frío puede aumentar el riesgo de síncopes o angina de pecho.
    Además, exposiciones prolongadas a temperaturas muy bajas pueden provocar sabañones, hormigueo o incluso quemaduras por congelación.

¿Es mejor combinar agua fría con caliente?

Si quieres disfrutar lo mejor de ambos mundos, alternar entre agua caliente y fría, una técnica conocida como baños de contraste, puede ser ideal. “El contraste de temperaturas relaja los músculos, estimula la circulación y favorece la recuperación tras lesiones”, indica la Dra. Sanz. Terminar con agua fría ayuda a drenar toxinas acumuladas, activar el flujo sanguíneo y relajar tanto los músculos como la piel.

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