La atmósfera que hoy nos permite respirar y sostiene una diversidad de vida no durará para siempre. Así lo advierte una investigación reciente respaldada por la NASA y científicos de Japón. El cual plantea un escenario en el que la Tierra, dentro de aproximadamente mil millones de años, dejará de tener oxígeno en su atmósfera.
Este estudio, liderado por Kazumi Ozaki, investigador de la Universidad de Toho, señala que el aumento progresivo de la luminosidad solar provocará una cadena de reacciones químicas. Las cuales acabaran por hacer del planeta un lugar inhabitable para la mayoría de las especies.
El Sol, el principio del fin
A medida que el Sol envejece, emite cada vez más radiación. Este incremento descompondrá las moléculas de dióxido de carbono en la atmósfera.
Sin CO₂ suficiente, las plantas no podrán realizar la fotosíntesis, lo que significa que dejará de generarse oxígeno atmosférico. Y aunque esto no ocurrirá de un día para otro, los primeros indicios de desequilibrio podrían comenzar a notarse en apenas 10 mil años.
En este sentido, el oxígeno podría desaparecer en un período relativamente corto en términos geológicos. Reduciendo su concentración hasta niveles un millón de veces menores que los actuales.
¿Quién sobreviviría?
De este modo, solo algunos microorganismos anaeróbicos podrían resistir. La desaparición de la capa de ozono dejaría la superficie terrestre expuesta a letales niveles de radiación ultravioleta. Así como, el aumento del metano volvería el aire tóxico. La mayoría de las formas de vida compleja, incluida la humana, no podrían sobrevivir.
¿Cuál es la solución?
Lejos de ser solo una advertencia apocalíptica, este hallazgo también impacta en la exploración espacial.
Si el oxígeno es solo una fase transitoria en la historia atmosférica de un planeta habitable, como sugiere este estudio, la búsqueda de vida fuera del sistema solar debe ampliarse, considerando otros indicadores biológicos.
Por ahora, la única alternativa viable sería colonizar otros planetas. Aunque los primeros experimentos espaciales con mamíferos han sido poco prometedores, la NASA y otras agencias espaciales trabajan en misiones cada vez más complejas que podrían sentar las bases para encontrar un nuevo hogar.