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Día del Calcetín Perdido o las pequeñas tragedias diarias.

Día del Calcetín Perdido Foto: Gabriel González vía Unsplash.
Día del Calcetín Perdido Foto: Gabriel González vía Unsplash.

A riesgo de sonar contranatural, hay pocas tragedias más banales que perder un calcetín. Lo peor es que esto ocurre con frecuencia.

Un estudio realizado por Samsung reveló que, en promedio, perdemos 15 calcetines al año. Sin embargo, hay otros estudios que indican que desaparecen en nuestra existencia más de mil prendas por persona.

¿Deberíamos considerar la venta o compra de calcetines por unidad en lugar de por pares? Si se extravía uno, fácilmente podemos dar por perdido al compañero que queda, solitario ante la desaparición de su par.

Si el calcetín es común y económico, solemos pensar: “Bueno, luego compro otros“. Sin embargo, ¿qué pasa con el par que queda? Y si el calcetín es muy particular, querido y caro para lo que suele ser un calcetín, podríamos pensar: “No vuelvo a hacer una inversión en un par de calcetines“. 

En diferentes escenarios, el resultado es el mismo: relegar al ostracismo a la prenda que sigue con nosotros, que no se ha escapado ni perdido. Una injusticia, vaya.

Pienso que, en un escenario alternativo, el protagonista del video de “Coffee & TV” de Blur no sería una cajita de leche en busca de Graham Coxon, sino un calcetín emprendiendo la odisea de encontrar a su gemelo. 

Ante este infortunio, no nos queda más que recordar. Afortunadamente, el mundo ha decidido rendir tributo a esas prendas compañeras perdidas en las batallas de la cotidianidad, designando el nueve de mayo como el Día del Calcetín Perdido.

No nos queda muy claro qué hacer en este día conmemorativo. La página National Day Calendar señala (sin esclarecer bien el origen de este día tan particular) que el 9 de mayo representa la oportunidad perfecta para “dejar ir” a aquellos compañeros que aún se mantienen a la espera de que regrese su par.

Sigue adelante“, parece sugerir la página. Descarta a ese fiel compañero que nunca se fue para, quizás, encontrarle un uso diferente, tal vez algo indigno para lo que fue concebido, una función ajena a su propósito primario: crear un títere, un trapo para el polvo, o un juguete para que tu perro lo mastique cuando no sepa con qué más jugar.

Hoy es 9 de mayo y es el día para recordar el calcetín perdido, una derrota para cada uno de nosotros que hemos experimentado el extravío de una prenda que damos por sentada estará ahí, pero que, paradójicamente, solo valoramos cuando se pierde.

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