Una actuación histórica de la defensa de los Philadelphia Eagles y un inspirado Jalen Hurts llevaron al equipo a vencer a los Kansas City Chiefs en el Super Bowl LIX por marcador de 40-22 otorgándole a las Águilas su segundo Super Bowl en su historia y negándole al equipo de Mahomes la oportunidad de convertirse en tricampeón.
Kansas City nunca encontró respuestas ante la defensiva diseñada por Vic Fangio. Con una línea defensiva voraz y hambrienta, la presión ejercida sobre Patrick Mahomes quedará en la historia como una de las más asfixiantes en los registros del Super Bowl.
Mahomes, quien llegó con más de 280 pases sin intercepción, sufrió tres intercepciones y un fumble ante una defensiva que no le dio respiro.
Por su parte, la ofensiva de los Eagles, respaldada por Saquon Barkley a lo largo de la temporada, encontró en su quarterback, Jalen Hurts, la clave para superar a una defensa organizada por Steve Spagnuolo, que nunca antes había permitido 40 puntos durante su etapa con los Kansas City Chiefs.
Los Kansas City Chiefs llegaron hambrientos de historia, con la aspiración de lograr el tricampeonato, una hazaña nunca antes conseguida en la NFL. Sin embargo, se toparon con una muralla verde impenetrable, ajena a destinos y narrativas, un equipo determinado a vengar la derrota en el Super Bowl de hace dos años. Bien entrenados y con una estrategia impecable, los Eagles aprovecharon la coyuntura para imponer el dominio con el que sometieron al resto de la NFL durante toda la temporada.
Los Philadelphia Eagles son los campeones del Super Bowl LIX.