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El misterioso Golfo de California

Golfo de California Mar Bahía
Photo by Cosmin Serban on Unsplash

Por: Alejandro Basañez Loyola

Si los océanos de nuestra Tierra murieran, sería 

el terrible fin de la humanidad y los animales

Jacques Cousteau

México es un país con miles de kilómetros de litorales en dos océanos. Dentro de los mares que lo rodean, el Mar de Cortés o Golfo de California es considerado una maravilla natural. Jacques Cousteau lo bautizó como “el acuario del mundo”por contar con muchas especies endémicas y el 40% de las especies marinas del planeta. 

Peces “humanos” en el Golfo de California

Especies fantásticas como “el hombre marino”, una especie de tritón reportado por el marinero Hernando de Grijalva, el 9 de noviembre de 1533: “se regocijaba de la misma manera que un mono, zambulléndose y bañándose con las manos, y mirando a la gente como si tuviera sentido”[1], nos da una idea clara de los misterios que desde tiempos inmemoriales encierra este grandioso golfo. Otra extraña aparición de un ser marino fantástico es el “pez mujer”, como lo describió el sacerdote jesuita Ignacio Tirsh con sus dibujos, realizados en la entonces llamada Bahía de las Palmas (en La Paz, Baja California) en el año 1764. El padre Tirsh fue un gran observador de la naturaleza y vida marina en la península. Sus dibujos, exhibidos en un museo de Checoslovaquia, hablan por sí mismos de lo que lo maravillaba. 

Otro sacerdote, el padre Victoriano Arnés, también se encontró con el “pez mujer”, sólo que a diferencia del padre Tirsh, su ejemplar estaba muerto, como un bacalao seco: 

“El Pez Mulier (mujer) tenía la figura de una mujer de medio cuerpo para arriba; y de pescado común de medio para abajo. Como lo hallamos seco y aplastado como un bacalao, no se pudo hacer mucha anatomía. No obstante, parecía una cara, un cuello y hombros y pecho blanco como si llevara una costilla, y tuviera descubierto los pechos; aunque no recuerdo si se distinguían los pezones. Lo demás estaba cubierto de escamas, y remataba en cola como otros peces. Su grandor sería de dos palmos, y de a proporción de ancho, a semejanza de un bacalao no se descubrían brazos ni cabellos. Lo hallamos en la playa en el diámetro opuesto a mi misión de Santa María, en el mar del sur. En una ensenada que se forma al fin del arroyo llamado catabiña”.[2]

Exploraciones durante la colonia

El historial de exploraciones de esta extensa península cuenta con narraciones de seres fantásticos, como duendes en parajes desolados y minas. También de desapariciones inexplicables al estilo “Bermudas Triangle” en el mar Bermejo, sin dejar el más mínimo rastro. 

Una expedición catastrófica

La expedición marítima de Hernán Cortés hacía Cíbola, por mencionar una de las más importantes, fue un rotundo fracaso. A pesar de haberse adelantado un año a la expedición mayor de Vázquez de Coronado en la búsqueda de una Nueva Tenochtitlan, tuvo la mala suerte y el infortunio de no conseguir nada, mas que pérdida de vidas.

De las tres naves que partieron en 1539, la Santa Águeda, la Trinidad y la Santo Tomás, la primera sufrió descomposturas lamentables en el palo mayor, quedándose semanas en los puertos de Manzanillo y Culiacán. La Santo Tomás fue tragada por el mar con todo y tripulantes, ya que jamás se supo algo de ella.

Por meses las dos naves restantes buscaron la entrada hacia el río Colorado por mar en el norte del Golfo de California, sin éxito alguno. Los decepcionados marinos regresaron en la Santa Águeda a la Nueva España y el resto se quedó con Ulloa en la Trinidad, para sufrir el mismo destino fatídico de la Santo Tomás. 

“He decidido seguir en el Trinidad con las pocas provisiones y hombres, si Dios me otorga buen tiempo, tan lejos como pueda y el viento lo permita, y enviar este barco (el Santa Águeda) y estos hombres a la Nueva España con este informe, Dios quiera que el desenlace sea el que Su Señoría desea (…) beso la mano de Su Señoría”. Firmado por Francisco de Ulloa.

Ulloa fue devorado misteriosamente por el Mar de Cortés, llevándose a su tumba marina a todos sus compañeros, junto con los sueños y el capital del marqués del Valle de Oaxaca. Nunca se encontró el más mínimo rastro que demostrara que hubo un naufragio. Su desaparición es uno de los grandes misterios de galeones españoles hundidos en el Mar Bermejo.

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Una nueva expedición al Golfo de California

Buscando el mismo objetivo, el 9 de mayo de 1540, partieron del puerto de Acapulco las naves San Pedro y Santa Catalina, capitaneadas por Hernando de Alarcón y Domingo del Castillo, con el apoyo del virrey Antonio de Mendoza para auxiliar a Francisco Vázquez de Coronado en la conquista de Cíbola y Quibiria.

Domingo del Castillo levantó la carta geográfica más antigua de las costas orientales de la península de Baja California. Hernando de Alarcón remontaría la desembocadura del río Colorado en pequeños botes, un poco más al norte de Yuma Arizona, en el cruce de los ríos Colorado y Gila, a 160 kilómetros de la desembocadura del río Labrador y del Gran Cañón del Colorado, gigantesco cañón que pronto descubriría López de Cárdenas en la expedición terrestre de Coronado. 

Con esta atrevida incursión, Alarcón se convirtió en el primer europeo en poner un pie en California. Alarcón dejó enterrados documentos y mapas sobre sus hallazgos, y estos fueron encontrados por Melchor Díaz, hombre de Coronado. Alarcón nunca se pudo reunir con la expedición terrestre de Coronado, desapareciendo misteriosamente.

Leyendas de los indios de Yuma dicen que se unió con una bella indígena de Yuma para hacer una linda familia y desaparecer en la historia, al igual que Hernando de Soto[3], el descubridor del río Misisipi, en esos mismos tiempos de exploración y conquista de los futuros Estados Unidos de Norteamérica.

Desapariciones en el Golfo de California

Como el enigmático Triángulo de las Bermudas, el Golfo de California también tiene su registro de desapariciones misteriosas desde tiempos remotos y modernos. 

¿Qué le pasó a los soldados?

Existe en los archivos un caso sorprendente, donde 58 hombres (50 soldados mexicanos y ocho norteamericanos) desaparecieron el 11 de diciembre de 1909 en la Isla del Tiburón sin dejar rastro alguno[4]. La Secretaría de Relaciones Exteriores mediante un telegrama enviado hacia la ciudad de La Paz solicitó al jefe Político, informes acerca de los desparecidos en la Isla del Tiburón. El 13 de diciembre fue enviada la respuesta: 

“Se desconoce el paradero de esas personas”.

A la fecha, no existe un registro sobre lo que realmente ocurrió con estas personas. Es increíble que 50 hombres, todos ellos soldados entrenados, hayan sido tragados por el mar o la tierra sin dejar rastro alguno. La desaparición fue de carácter internacional e interestatal porque la isla está dentro del golfo, frente a Sonora, y los soldados partieron de Santa Rosalía, Baja California y los ocho norteamericanos desde los Estados Unidos.

El misterio del San Miguel

Otro caso lleno de misterio y muy cercano a nosotros en el tiempo, ocurrió con el barco San Miguel el 23 de diciembre de 1967. 

El barco San Miguel desapareció en el Mar de Cortés sin dejar el más mínimo rastro, llevándose consigo a sus tripulantes y carga, dejando una gran incógnita sobre su inexplicable desvanecimiento. Se le buscó por todos lados y con todos los medios disponibles en esa época, sin encontrar respuesta alguna sobre su hundimiento.

Su capitán, el experimentado paceño Juan García, comandaba el carguero en un viaje rutinario, en una ruta de más conocida por él. Sus años de experiencia al timón de aquella nave de carga de 250 toneladas de capacidad llenaban de confianza a sus trece compañeros ante cualquier eventualidad que se pudiera presentar con el cambiante mar. 

Años atrás, el avezado marino, como una prueba de su capacidad para obtener su licencia de capitán, navegó desde La Paz hasta Hawái. Hijo de marineros y buscadores de perlas, su padre, en el auge de la ciudad de La Paz, lo indujo como marinero desde que era un niño. 

Anécdotas interesantes acompañan su biografía. Hubo una donde unos marinos se acercaron al San Miguel para abordarlo, y él, altivo sobre cubierta con ametralladora en mano los retó a que siquiera lo intentaran, haciendo retroceder a los espantados marinos con una ráfaga al aire.

Hay otra donde uno de sus barcos sufrió un incendio frente a las costas de Mazatlán, y utilizando el cristal de un cuadro de la virgen de Guadalupe como espejo, mandó señales, logrando que los rescatara un guardacostas. 

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El día de la desaparición de la nave, el San Miguel reportó la falla de uno de sus dos motores a la Capitanía de Puerto de La Paz en la madrugada. El capitán, como retando a su destino, pidió a los de capitanía, entre ellos su hermano Francisco, que prepararan café y galletas para su arribo a la siguiente mañana. Con un sólo motor, intentaría llegar a la bahía de la Paz.

El capitán se reportó nuevamente a la Capitanía. Mencionó que las olas subían y bajaban el barco con movimientos peligrosos y que la fuerza del único motor no vencía al embravecido oleaje. El último reporte del San Miguel lo posicionó a 104 kilómetros de la isla Cerralvo. 

¿Qué fue del San Miguel?, ¿dónde se hundió?, ¿por qué nunca apareció algún rastro de su hundimiento? Nadie lo sabe. Nada de sus mercancías o provisiones a la deriva. Ninguna mancha de aceite o basura. Ningún cadáver flotando o varado en alguna playa cercana. Nada en absoluto. 

Medio siglo después los familiares de la tripulación perdida, sigue con la esperanza de que algo aparezca del fatídico barco que partió de Mazatlán con proa al sol hacia La Paz, Baja California.

¿Fue el barco transportado por aire hacia otro sitio por una nave extraterrestre?, ¿entró en un portal hacia otra dimensión?, ¿fue tragado por un remolino o un calamar gigante y llevado hacia los profundos abismos del océano?, ¿fue desintegrado por alguna nave alienígena?

Criaturas fantásticas en el Golfo de California

Criaturas fantásticas y de gran tamaño han sido constantes visitantes del Mar Bermejo durante siglos. En el año 2014, también en la bahía de la Paz, aparecieron dos enormes peces remo, peces que, sin ser criaturas míticas, causan asombro y temor.

Estas criaturas de casi seis metros de largo se les considera emisarios de grandes terremotos. Habitan a más de 500 metros de profundidad y se achacan al cambio climático sus misteriosas muertes.

En junio del 2002, las redes sociales nos sorprendieron con el hallazgo de un extraño ser en la Isla Cerralvo[5]. En un video se escucha al sorprendido testigo que grabó el video exclamar:

“¿El diablo o la sirena? Tiene cola, tiene pelo, tiene boca como la gente, y dos cuernos, tiene orejas, es un animal raro ¿Quién sabe qué será?”.

El espécimen fue estudiado e identificado por investigadores del Museo de la Ballena, llegando a la conclusión que no era un demonio del mar sino un poco común zifio de Cuvier.[6]

En 2016 se viralizó un increíble video donde los hábiles pescadores de Mulegé capturan a un ciclópeo Pez Luna —uno de los peces con mayor peso en el mundo, con un promedio de mil kilogramos y con ejemplares que alcanzan casi 4 metros de longitud y superan las 2 toneladas. Es un pez extremadamente difícil de encontrar. El video apareció en noticieros nacionales y también está disponible en internet.

Misterios en la profundidades

El Golfo de California además de ser un acuario natural, también cuenta con registros de animales prehistóricos fosilizados como un plesiosaurio, cuyo esqueleto fue rescatado muy cerca de Isla Guadalupe. Este esqueleto fue clandestinamente sacado del país por un extranjero, según lo respaldan los periódicos del acervo del Archivo Histórico Pablo L. Martínez.

Según algunos testigos se han llegado a ver celacantos y megalodones, algo difícil de probar, pero que le da una sazón deliciosa a este enigmático y misterioso golfo. 

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[1] José Luis Martínez, “Hernán Cortes”

[2] Gilberto Ibarra Rivera, Escritos y escritores de temas sudcalifornianos, Archivo Histórico Pablo L. Martínez 

[3] La primera expedición documentada en haber atravesado el río Misisipi. Perseguía los mismos objetivos que las anteriores de Juan Ponce de León (1513), Lucas Vázquez de Ayllón (1526) y Pánfilo de Narváez (1527-1536). De Soto murió en 1542, a orillas de este monumental río, entre Arkansas y Luisiana.

[4] Gilberto Ortega Avilés, Analisisbcs.com

[5]La isla Cerralvo, nombrada comúnmente así, cuyo nombre oficial es isla Jacques Cousteau, es una situada en el Golfo de California en la costa del estado mexicano de Baja California Sur. Las islas Cerralvo, Espíritu Santo y San José son como las vigilantes a la entrada de la bahía de la Paz. 

[6] También llamado como zifio de Cuvier habita las aguas profundas de todo el planeta, son los mamíferos que registran la inmersión más profunda y capaces de contener la respiración durante casi 4 horas. Una maravilla de la naturaleza. Es más pequeño que la mayoría de las ballenas barbadas, pero grande entre los zifios. El zifio de Cuvier es pelágico y habita generalmente aguas a más de 300 metros de profundidad.

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