Ana Angélica Salas Flores es una joven que destaca por su vocación de servicio, su empatía y su compromiso con las causas sociales.
Como la mayor de cuatro hermanos, Ana ha asumido desde pequeña un papel de guía y ejemplo para su familia, inspirada por el amor y los sacrificios de sus padres, Ana y Octavio.
Este sentido de responsabilidad la ha motivado a impulsar a quienes la rodean a creer en sí mismos y a perseguir sus sueños.
Conoce aquí a las seis candidatas a ser reina de la FNSM 2025.
Ana cursa actualmente una Maestría en Administración de Negocios en la Universidad Británica, una etapa que complementa su carrera como arquitecta, profesión que define como su verdadera pasión.
Para Ana, la arquitectura va más allá de crear estructuras; es una forma de conectar con las personas, diseñando espacios que transformen vidas y reflejen las historias y valores de quienes los habitan. Cada proyecto es para ella una oportunidad de dejar una huella positiva en el mundo.
En su tiempo libre, Ana disfruta andar en bicicleta, bailar y, sobre todo, contribuir a su comunidad. Ha vivido experiencias profundamente significativas como voluntaria en los Bomberos Municipales, donde apoyaba en prácticas y servicios de emergencia.
Este compromiso con el servicio la ha llevado a participar en proyectos internacionales como Painting Smash, en Portugal y España, donde trabajó en la remodelación de hogares para familias necesitadas. Estas vivencias han marcado su vida, reafirmando su convicción de que ayudar a los demás es una forma poderosa de transformar realidades.
El color que la identifica es el azul, un símbolo de esperanza, equilibrio y positivismo, valores que inspiran su camino. Este simbolismo se refleja en su proyecto social, “Corazón Azul”, que busca remodelar los dormitorios de las niñas en la Ciudad de los Niños.
Con esta iniciativa, Ana pretende crear un espacio digno y acogedor que fomente su autoestima, felicidad y desarrollo integral. El proyecto incluye la creación de un mural motivacional, la instalación de mobiliario funcional y detalles decorativos que contribuyan a generar un ambiente cálido y lleno de inspiración para las pequeñas.
Su objetivo es no solo transformar un espacio físico, sino sembrar esperanza y soñar en grande para las futuras generaciones.
Ana se considera una mujer valiente, servicial, amigable y alegre. Encuentra su lugar favorito en la Feria Nacional de San Marcos caminando por Carranza o disfrutando del Foro de las Estrellas, espacios que reflejan la esencia y tradición de Aguascalientes.
Su motivación para ser candidata a Reina de la Feria surge de su deseo de inspirar a otras mujeres, como las reinas de la FNSM lo hicieron con ella, y de convertirse en una mejor versión de sí misma, aprendiendo y creciendo a lo largo del proceso.
Si tuviera la oportunidad de ser reina, Ana quisiera ser recordada como una mujer al servicio de su comunidad, humilde, trabajadora y siempre dispuesta a tender una mano.
Su lema, “el que no vive para servir, no sirve para vivir”, refleja su convicción de que la verdadera grandeza radica en ayudar a otros y construir un mundo mejor. Su legado, asegura, sería el de una mujer que aportó algo significativo a la sociedad, dejando una huella imborrable en los corazones de quienes la conocieron.