Frida Kahlo, la pintora mexicana, es reconocida mundialmente por sus obras que reflejan el arte popular mexicano. Sus pinturas han sido exhibidas en recintos prestigiosos como el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, el Palacio de Bellas Artes y la Galería Renou et Colle.
A continuación, se presentan algunas de sus obras más importantes.
Unos cuantos piquetitos
Kahlo creó esta obra tras leer una noticia sobre un hombre que asesinó a su amante con varias puñaladas y lo justificó ante el juez diciendo que solo le dio “unos piquetitos”.
La pintura al óleo muestra la escena del asesinato, con un marco empuñado por la artista. Además, lo salpicó con gotas de pintura roja para simular la sangre de la mujer.
Las dos Fridas
Este doble autorretrato lo pintó Kahlo en 1939 durante el periodo de su divorcio con el muralista Diego Rivera.
En esta obra al óleo, Kahlo se representa a sí misma en dos versiones: una con un vestido blanco de estilo europeo, simbolizando la Frida que Diego rechazó, y otra con una falda y blusa tradicionales mexicanas, representando sus raíces y la Frida que no fue rechazada por su esposo.
Las dos Fridas es pintura es una reflexión sobre su identidad dividida y el dolor de la separación.
La columna rota
El autorretrato de 1944 refleja el sufrimiento físico y emocional de Kahlo tras el accidente de autobús que sufrió en 1925, que le causó graves lesiones, incluyendo una fractura de columna vertebral.
En la pintura simboliza su fragilidad y dolor constante. A diferencia de otras obras, en esta aparece sola, sin la presencia de elementos naturales o animales, lo que enfatiza la lucha interna que atravesaba por sí misma.
Diego y yo
Kahlo realizó esta obra en 1944 para conmemorar su 15º aniversario de bodas con Diego Rivera.
La obra es un doble retrato en el que Kahlo se representa a sí misma con lágrimas en los ojos y la imagen de Diego en su frente, simbolizando la complejidad de su relación. Las expresiones y lágrimas de ambos reflejan la intensidad de su matrimonio.
Asimismo, la pintura es significativa porque fue la primera obra de arte latinoamericana en superar el millón de dólares en una venta, alcanzando un precio de un millón 430 mil dólares en 1990.
Viva la vida
Considerada como la última pintura de Kahlo antes de su muerte, la obra fue pintada en 1954.
Este bodegón presenta una serie de sandías cortadas, con el rojo intenso con el que celebra la vida y la vitalidad. En la pulpa de una sandía, la artista inscribió el título de la obra, “Viva la vida”, junto con la fecha y el lugar de su nacimiento y muerte, Coyoacán.