Desde la majestuosa grandeza de Atenas en 1896, hasta la vibrante energía de Tokio en 2020, las Olimpiadas han recorrido prácticamente todo el mundo, pero ¿cómo se elige la sede olímpica cada cuatro años?
Los Juegos Olímpicos han sido un faro de unidad global y excelencia deportiva. Más que simplemente eventos deportivos, representan un crisol de culturas, valores y aspiraciones compartidas por naciones de todo el mundo.
No obstante, ¿cómo se decide dónde se llevarán a cabo estos monumentales acontecimientos? Aquí desvelamos el intrincado proceso detrás de la elección de la sede olímpica.
¿Quién elige la sede olímpica?
El Comité Olímpico Internacional (COI) emerge como el ente supremo encargado de tan monumental decisión. A nueve años del evento, inicia el proceso, invitando a ciudades y regiones a presentar sus candidaturas. Este primer paso, aunque informal, marca el inicio de una travesía que podría culminar en la consagración de una localidad como anfitriona olímpica.
La formalidad se impone cuando los comités nacionales postulan oficialmente una ciudad, o en casos excepcionales, el propio COI propone un candidato. Es entonces cuando la ciudad propuesta se convierte en el epicentro de intensas evaluaciones. La infraestructura, la sostenibilidad y el apoyo político y público son algunos de los criterios que el COI meticulosamente examina.
La travesía continúa con las presentaciones formales ante el COI, donde los proyectos son escudriñados con minuciosidad por las Comisiones de Futura Sede. Estas comisiones, después de exhaustivos análisis, presentan sus informes a la Comisión Ejecutiva del COI, la cual toma decisiones trascendentales para el futuro de los Juegos.
El punto culminante llega con la votación, un momento de gran trascendencia donde los miembros del COI, a excepción de aquellos países candidatos, ejercen su voto en secreto. Con cada ronda de votación, las opciones se reducen hasta que una ciudad emerge victoriosa, destinada a ser el epicentro del espíritu olímpico.
Sedes de los Juegos Olímpicos
A lo largo de la historia, diversas ciudades han tenido el honor de ser sede olímpica, desde Los Ángeles hasta Sídney, desde Moscú hasta Río de Janeiro.
Estados Unidos destaca como el país que ha acogido el mayor número de Juegos Olímpicos, seguido de cerca por Francia, Italia y Japón. Sin embargo, cada elección de sede es única, guiada por su propio conjunto de circunstancias y visiones.
En definitiva, la elección de la sede olímpica es más que una simple designación geográfica; es un tributo a la pasión, la dedicación y el espíritu de colaboración que define el movimiento olímpico. En cada ciudad anfitriona, los Juegos no solo dejan un legado de infraestructura y deporte, sino también un legado de esperanza y unión para las generaciones venideras.
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