A pocos meses del estreno en México de El Conjuro 4: Últimos Ritos, programado para el 4 de septiembre de 2025, el interés por conocer la historia real detrás de la película El Conjuro ha vuelto a tomar fuerza. Esta entrega final de la exitosa saga de horror se inspira en uno de los casos más polémicos de los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren: el caso de la familia Smurl, que aseguró haber sido víctima de un acoso demoníaco prolongado en su hogar de Pensilvania durante más de una década.
Una mudanza, una casa antigua y el inicio del horror
En 1973, la familia Smurl se trasladó a un antiguo dúplex construido en 1882, ubicado en West Pittston, Pensilvania, tras haber perdido su hogar en la devastación del huracán Agnes. Durante los primeros 18 meses, vivieron con tranquilidad, realizando reparaciones y adaptaciones al inmueble.
Sin embargo, a partir de 1974, comenzaron a experimentar fenómenos extraños: susurros sin fuente, manchas oscurasque aparecían sin explicación, goteras en tuberías recién reparadas, televisores que se incendiaban espontáneamentey puertas rayadas como por garras de un animal invisible.
Manifestaciones cada vez más violentas
Los eventos se intensificaron con el paso de los meses. Radios se encendían sin estar conectadas, pasos resonaban en las escaleras vacías y un olor fétido impregnaba la casa. Los muebles se movían solos y se escuchaban discusiones violentas que nunca ocurrieron.
Pero lo más alarmante fueron las denuncias de agresiones físicas y sexuales por entidades invisibles. Janet Smurl afirmó haber sido atacada en su habitación, mientras que Jack Smurl vivió una experiencia similar en la sala de estar. Estos sucesos marcaron el punto de quiebre para la familia.
La intervención de Ed y Lorraine Warren
Desesperados y siendo profundamente católicos, los Smurl acudieron a Ed y Lorraine Warren, reconocidos demonólogos que anteriormente habían investigado casos como Amityville. Al inspeccionar la vivienda, los Warren aseguraron que estaba habitada por cuatro entidades sobrenaturales: una anciana, una joven agresiva, un hombre fallecido en el lugar y un demonio poderoso con intenciones destructivas.
Realizaron múltiples sesiones de oración y exorcismos, pero nada detuvo la actividad paranormal. En busca de una solución, la familia acudió a los medios de comunicación, lo que convirtió el caso en un fenómeno nacional.
El circo mediático y el declive emocional
Lejos de obtener ayuda, la situación escaló a niveles incontrolables. Reporteros y cámaras acamparon frente a la casalas 24 horas del día. La atención pública desgastó emocionalmente a la familia, que en 1986 decidió mudarse, esperando dejar atrás los fenómenos.
No obstante, los ataques continuaron en su nuevo hogar. Según testimonios, no fue hasta 1989 que un exorcismo finalmente los liberó del mal que los había perseguido por años.
El Conjuro: Últimos ritos, el cierre de una saga basada en hechos reales
La saga de El Conjuro, iniciada en 2013, ha logrado éxito global gracias a su enfoque en casos documentados por los Warren. El Conjuro 4: Últimos Ritos busca cerrar el ciclo con uno de los expedientes paranormales más complejos de los investigadores.
Aunque el caso Smurl dividió opiniones entre creyentes y escépticos, no cabe duda de que su historia alimentó el imaginario colectivo sobre lo sobrenatural en Estados Unidos y, ahora, en la pantalla grande.
Un legado de horror basado en hechos documentados
La franquicia de El Conjuro ha convertido los expedientes de los Warren en películas de culto, explorando el miedo como reflejo del entorno familiar. El caso de la familia Smurl refleja cómo una crisis emocional, económica y espiritual puede entrelazarse con fenómenos que la ciencia aún no logra explicar.
En ese sentido, El Conjuro: Últimos Ritos no solo es una historia de horror, sino también un cierre simbólico al archivo de los Warren, y una última mirada a lo que muchos aún consideran un fenómeno real e inexplicable.