Luis Ernesto “Güero” Franco, reconocido actor, guionista, escritor y productor mexicano, no oculta la carga emocional detrás de su película Todavía Conmigo.
Este proyecto, profundamente influenciado por sus vivencias personales, se convirtió en un vehículo de sanación y una reflexión sobre la vida, el dolor y el propósito.
A través de un proceso creativo lleno de retos, Franco encontró una manera de transformar la pérdida en arte para entregar al público una obra íntima y conmovedora.
Un viaje de pérdida y creación
La película, dirigida por Alfonso Pineda Ulloa, sigue a Daniel en un viaje para enfrentar la pérdida de su esposa Mariana. Para Franco, este viaje ficticio tiene raíces profundamente personales.
“Tuve tres pérdidas importantes en un año y medio: un divorcio, la muerte de mi papá y la muerte de mi mamá”, confiesa. Este cúmulo de dolor fue el catalizador para crear Todavía Conmigo.
“Podía quedarme deprimido o hacer algo con este dolor”, explica.
Convirtió su duelo en un guion que habla no sólo de la despedida, sino también de aprender a vivir con los recuerdos de quienes ya no están, desde el amor y no desde el sufrimiento.
El proceso de escribir y filmar no fue sólo creativo, sino terapéutico. Mientras el guion exploraba el duelo por la muerte, Franco entendió que las emociones de una pérdida, ya sea por fallecimiento o separación, son universales.
“El duelo es el mismo. Y contar esta historia me ayudó a entender las dos caras de la pérdida”.
Entre el arte y la vida
La conexión entre la vida de Franco y la narrativa de la película es innegable. Durante la escritura del primer guion, perdió a su papá.
En la postproducción del metraje, falleció su mamá. El proyecto adquirió un significado aún más profundo.
Textos que Franco recitó en pantalla se convirtieron en palabras reales dichas a sus padres en sus últimos momentos.
“Curiosamente, textos que digo en la película después se los dije a mi mamá. La película fue una catarsis de los duelos que ya estaba teniendo, pero al filmarla y después perder a mi mamá, me ayudó a entender la partida de ella”.
Esta coincidencia entre arte y vida también le permitió abordar la muerte desde una postura más madura y consciente:
“Con mi mamá ya estaba preparado. Había aprendido a recordar desde el amor, no desde el dolor”.
Retos en un mundo que busca comedias
Distribuir Todavía Conmigo no ha sido sencillo. “Los distribuidores me dicen: ‘La película es hermosa, pero es muy fuerte, no sé si la gente quiera verla’”, comparte Franco.
Sin embargo, se mantiene firme en su visión, optando por distribuirla de manera independiente.
“No todo tiene que ser comedia. Hay personas que buscan verse reflejadas en estas historias complicadas porque también forman parte de la vida”, explica.
Franco está convencido de que, aunque la película no sea un éxito económico, puede cumplir un propósito mayor: conectar con quienes atraviesan momentos difíciles y mostrarles que “sí hay luz al final del túnel. Sí voy a salir de esta. Y sí, se puede seguir adelante a pesar del dolor”.
Congruencia como brújula
El recorrido de Franco como actor y creador ha sido marcado por una transformación personal. En sus inicios, buscaba el aplauso y el reconocimiento.
Hoy, su búsqueda es distinta: congruencia y honestidad en las historias que cuenta.
“La congruencia es lo más difícil, no solo en mi profesión, sino en la vida misma. Pero ahí radica mi paz y gran parte de mi felicidad”, señala.
Esta congruencia lo lleva a crear proyectos que reflejen su visión del mundo y su evolución personal.
En Todavía Conmigo, Franco encontró un vehículo para procesar su duelo y un espacio para reflexionar sobre la importancia de valorar la vida.
“Hoy por hoy, tengo un hijo. Todo está cobrando muchísimo más sentido respecto a lo que es importante y a lo que no. Respecto a valorar el tiempo y agradecer lo que hay”.
Servicio a través del arte
Franco también ve su carrera como un acto de servicio.
“Venimos a esta vida al servicio de los demás. Mi trabajo, aunque entretiene, busca conectar con el público y ser un reflejo de lo que vivimos como seres humanos”.
Este enfoque refleja cómo su perspectiva sobre la vida y su carrera han cambiado con los años.
Si bien aún espera el proyecto que lo catapulte al reconocimiento masivo, Franco considera Todavía Conmigo su obra más importante.
“Es una película donde entendí que tengo el poder de contar historias y controlar la narrativa”.
Un legado emocional
Con Todavía Conmigo, Luis Ernesto Franco entrega al público una obra honesta y profundamente humana, que explora el dolor, la resiliencia y la importancia de seguir adelante.
En su propia travesía personal, encontró en el arte una forma de sanar y, a través de esta película, invita a otros a hacer lo mismo.
—¿Qué otros aprendizajes sacaste de la película?
—“La vida es… hermosa. Es cabrona, pero sigue siendo hermosa. Y mientras estemos aquí, hay que aprovecharla. Suena trillado, ¿cuántas veces no lo has escuchado? Pero fue hasta que vi partir a los seres que más amaba que estas palabras realmente cobraron sentido”.