Por: Rodrigo García, codirector de Agenc ¡a
Viajando por Mérida, España, uno puede encontrar lugares fascinantes del antiguo imperio romano, anfiteatros, teatros, baños y diversos sitios que dejan al espectador con una sensación de grandeza. En el centro de todo este desarrollo encontramos una estatua, la escultura de Julio Cesar, emperador de Roma en ese momento.
A la vista de las masas, esta estatua cumple con fines decorativos; sin embargo, analizando a fondo, podemos detectar la gran habilidad de Julio César para utilizar el arte como medio de comunicación, difusión y, sobre todo, de posicionamiento de marca personal.
La mente de un genio trabaja con sutiles, pero contundentes mensajes. La semiótica (el estudio de los signos) que utiliza servía para generar identidad y unificar un reino de dimensiones pocas veces vistas.
Marca personal: al César lo del César
Es así, con este ejemplo de la antigüedad, que podemos detectar el gran poder que la imagen y la marca personal tienen en la sociedad; el uso sutil y constante de estímulos repetitivos y persistentes. Y sin duda, hoy tenemos la facilidad de los medios digitales y las redes sociales para utilizarlos como herramientas de construcción de una marca personal que, aún que muchas personas los saben, pocas hacen uso real del potencial de comunicación con una estrategia puntual, de manera consciente y planeada.
Un ejemplo es cómo profesionistas independientes (agentes inmobiliarios, de seguros y similares) se ven beneficiados con el trabajo de su propia marca, que poco a poco se abre camino en los mercados tan competidos.
La historia nos lo repite, una y otra vez. Los mejores estrategas y líderes conocen del poder de influencia que estas herramientas tienen. La pregunta es ¿estás dispuesto a utilizar esta herramienta a tu favor?