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Mindfulness en la vida cotidiana

Foto de Callum Shaw en Unsplash

En un mundo acelerado, el mindfulness se erige como una herramienta valiosa en gabinetes especializados y servicios de coaching. Presentándose como la clave para aumentar la concentración y, por ende, mejorar todos los aspectos de nuestras vidas. 

Aunque la práctica del aquí y ahora puede resultar desafiante, los beneficios de detener el constante repiqueteo mental son tan numerosos que vale la pena intentarlo.

En el idioma Pali, mindfulness es sinónimo de atención plena, recordar el momento presente, libre de juicio y con total aceptación.

¿Cómo aplicar el mindfulness en mi día a día?

Te brindamos algunos tips para integrar el mindfulness en tu vida cotidiana:

  1. Guarda el celular: Enfócate plenamente en actividades como ver una película. Dejando el teléfono a un lado para disfrutar el momento sin distracciones.
  2. Cambia tu mente: Ante bloqueos o pensamientos obsesivos, establece una fórmula personal. Como dar una vuelta a la manzana o poner una canción que te relaje.
  3. Practica tus actividades favoritas: Dedica tiempo a lo que amas, ya que estas actividades tienen el poder de acaparar toda tu atención y hacer que el tiempo pase volando.
  4. Come y aprecialo: Al comer, obsérvalo como si fuera la primera vez. Practica la atención plena durante actividades cotidianas para redescubrir detalles.
  5. Etiqueta lo que sientes: Pon palabras a tus actividades para iluminar aspectos cotidianos. Reconoce y etiqueta tus sentimientos mientras realizas acciones diarias.
  6. Date cuenta: Observa desde dónde tomar decisiones y realiza acciones conscientes. Reflexiona sobre las motivaciones detrás de tus elecciones diarias.
  7. Usa un cuaderno o agenda: Anota pensamientos recurrentes para liberar la mente. Evita interrupciones al recordar quehaceres durante el día.
  8. Cambia de espacio: Rompe con la monotonía al cambiar de entorno cuando sientas bloqueo mental. Una pequeña pausa puede ser refrescante para la mente.
  9. Solo preocúpate por 5 minutos, ¡no más!: Dedica un tiempo específico para preocuparte, limitándose a cinco minutos. Posterga los pensamientos intrusivos hasta ese momento.
  10. Sal de tu zona de confort: Experimenta pequeños cambios diarios para salir de la rutina. Desde sentarte en una silla diferente hasta modificar tus horarios, observa cómo afecta tu bienestar.

Integrar la atención plena en la vida cotidiana no solo mejora la concentración, sino que también contribuye al bienestar general. 

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