Durante el Día de Muertos, la gastronomía mexicana adquiere un significado especial. Estos son platillos típicos del Día de Muertos que adornan las ofrendas y celebran la memoria de los seres queridos. Desde dulces tradicionales hasta platos elaborados, cada uno de ellos cuenta con una historia que los hace únicos.
Dulce de calabaza: un postre tradicional
El Dulce de Calabaza, conocido en Yucatán como “Calabaza en Tacha”, es un postre que resalta en los altares. Este delicioso platillo se elabora con ingredientes locales como piloncillo, canela y calabaza de castilla. Una vez cocidos, estos ingredientes forman un jarabe dulce que encanta a grandes y pequeños.
Pan de muerto: El ícono de la celebración
El Pan de Muerto es quizás el platillo más emblemático de esta festividad. Su sabor y variedad son inconfundibles, encontrándose en panaderías y restaurantes desde semanas antes de la celebración. Este pan, que simboliza la vida y la muerte, tiene formas que representan los cuatro puntos cardinales y los huesos de los difuntos. Cada mordida es un homenaje al ciclo de la vida.
Dulce de Alfeñique: Arte y tradición
Los dulces de alfeñique son una parte esencial de las ofrendas. Hechos principalmente de azúcar, estos dulces se moldean en figuras como calaveras y huesos. Cada figura tiene un significado particular; por ejemplo, las calaveras simbolizan la muerte en un contexto festivo, mientras que los ángeles representan la protección de los difuntos.
Mucbipollo: Un platillo maya
En Yucatán, el Mucbipollo, o Mukbil Pollo, es un tamal especial preparado bajo tierra. Este platillo, que se considera fundamental para el Hanal Pixán (Día de Muertos en la cultura maya), destaca por su sabor único. Cocido con ingredientes como pollo, pavo o puerco, este tamal se adereza con achiote y otros condimentos, ofreciendo una experiencia culinaria única.
Zacahuil y Zacatamal: Tradiciones de la Huasteca
El Zacahuil y el Zacatamal son dos platillos típicos que representan la riqueza culinaria de la Huasteca. El Zacahuil, conocido como el tamal gigante, se elabora con carne de cerdo o pollo y se cocina en hoja de plátano durante cuatro a seis horas. Por otro lado, el Zacatamal, que utiliza un mole especial, puede tardar hasta 14 horas en prepararse, reflejando la dedicación y el amor que se pone en la comida para honrar a los difuntos.
Estos platillos típicos del Día de Muertos son deleites gastronómicos y una forma de mantener viva la tradición y rendir homenaje a los seres queridos.
