Las películas de terror son un género popular que atrae a millones de personas en todo el mundo. Pero, ¿por qué nos gustan tanto las películas de miedo si el miedo es una emoción negativa?
Según Haiyang Yang, profesor asociado en la Universidad Johns Hopkins, y Kuangjie Zhang, profesor asistente en la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur, una de las razones es que nos proporcionan estimulación.
La exposición a situaciones aterradoras puede estimularnos tanto mental como físicamente. Esto puede manifestarse en forma de miedo o ansiedad, pero también en forma de emoción o alegría.
Además, el miedo puede desencadenar la liberación de adrenalina, lo que nos hace sentir más vivos y energizados.
El Dr. Jonny Dudley, profesor de psicología en la Universidad de Derecho, también señala que ver una película de terror desencadena la respuesta de lucha o huida de nuestro cuerpo, inundándonos de neurotransmisores y hormonas como si estuviéramos en la misma situación que los personajes de la película.
“Esta descarga de adrenalina aumenta nuestra frecuencia cardíaca y respiratoria, preparando nuestro cuerpo tanto mental como físicamente para responder a una amenaza“, explica Dudley.
Una vez que nuestro cerebro se da cuenta de que la amenaza no es real, experimentamos una oleada de alivio al liberar endorfinas y dopamina, lo que produce sensaciones de placer.
Otra razón por la que buscamos películas de terror es para vivir nuevas experiencias. Yang y Zhang explican que las películas de terror nos permiten experimentar realidades alternativas, como apocalipsis zombis o invasiones alienígenas. Estas experiencias nuevas pueden hacernos sentir más aventureros y realizados.
Finalmente, las películas de terror pueden satisfacer nuestra curiosidad sobre el lado oscuro de la psicología humana.
Según los expertos, en la vida real, es posible que no tengamos la oportunidad de conocer a un Hannibal Lecter o de vagar por las calles durante una purga. Observar personajes que enfrentan los aspectos más oscuros de sí mismos nos permite estudiar la condición humana desde una perspectiva diferente.
¿Cuándo podemos disfrutar de las películas de terror?
Para poder disfrutar del horror, Yang y Zhang sostienen que necesitamos un marco de protección psicológico. Hay tres categorías de estos marcos:
- Marco de seguridad física: Debemos creer que estamos físicamente seguros. Si bien podemos disfrutar de las atrocidades que vemos en una película, solo es placentero mientras creamos que el peligro no puede alcanzarnos.
- Desapego psicológico: Podemos disfrutar del horror si logramos desapegarnos psicológicamente. Recordar que lo que vemos son solo actores y que se trata de una actuación, nos ayuda a disfrutar de la experiencia sin sentirnos amenazados.
- Confianza en el control: Disfrutamos de una experiencia de horror si sentimos que podemos controlar o manejar el peligro. Sentirnos capaces de superar la amenaza, como correr más rápido que un zombi, nos permite disfrutar del susto.
Según la investigación de Yang y Zhang, si falta alguno de estos marcos de protección, la preferencia por el horror disminuye, lo que podría explicar por qué algunas personas evitan las películas, libros o eventos de terror.
Dudley agrega que, aunque una escena aterradora puede causar un sobresalto momentáneo, la descarga de adrenalina resultante puede tener beneficios. “En pequeñas dosis y de manera controlada, estos efectos pueden mejorar el estado de ánimo y dejarte sintiéndote energizado“, asegura.
¿Hay beneficios de consumir horror?
Más allá del placer que proporciona, consumir horror puede ofrecer beneficios adicionales, como el fortalecimiento de vínculos sociales al compartir estas experiencias en grupo.
Yang y Zhang indican que esta conexión puede estar ligada a la liberación de oxitocina, una hormona que facilita sentimientos de cercanía y afinidad entre los miembros de un grupo.
Además, después de una experiencia de horror, suele haber una sensación de alivio que libera endorfinas, lo que nos hace sentir relajados y renovados.
