Bernardo Flores,economista de formación, comparte que optó por estudiar esta disciplina debido a la tendencia generalizada de la época. A pesar de completar un posgrado en el campo, así como desempeñarse en roles gubernamentales en Nuevo León y diversas secretarías, no se encontraba en su trabajo ideal.
Fue entonces cuando Bernardo cambió su profesión de economista a panadero, dando origen a una de las panaderías más apreciadas en Monterrey, Bread.
“Trabajé en el gobierno federal, en la Secretaría de Hacienda, en la Secretaría de Energía, en el gobierno de Nuevo León, en la oficina del gobernador, un buen rato en temas de planeación, programación y presupuestación. Pero nunca me sentí en mi trabajo ideal”, destaca.
En busca del trabajo ideal
El punto de cambio llegó durante un año sabático, cuando se sumergió en clases de cocina. En una ocasión, cuando hicieron pan, Bernardo quedó cautivado por la magia de mezclar ingredientes simples como harina, agua, sal y levadura para crear algo tan exquisito.
Durante un entrenamiento misionero en Francia, Flores probó el pan francés y se preguntó por qué no existía algo similar en México. A su regreso, junto a un amigo y socio, decidieron explorar el mundo de la panadería. Así nació Bread, inicialmente como un proyecto que ofrecía pan a través de Facebook.
La visión de crear panes únicos llevó a la apertura de la primera sucursal en Humberto Lobo. Esta primera ubicación se convirtió en un punto de encuentro donde se servía café tostado y pan fresco. Inició como una pequeña cabaña hasta convertirse en una presencia constante en los centros de San Pedro.
Asimismo, la expansión de Bread, desde Arboleda hasta su presencia en 10 HEBs, no fue simplemente una cuestión de crecimiento, sino un compromiso constante con mantener la calidad y la conexión local. Para Bernardo es muy importante mantener la esencia de Bread como una auténtica panadería.
“Nosotros tenemos muy claro que vamos a tener tantos Breads como los podamos atender. Si descubrimos el modelo para diez o 50, pues qué bueno, pero siempre con esa consigna. Entonces no es una explosión por explosión, sino es una búsqueda continua de un modelo que te permita crecer”, señala su postura sobre convertir a Bread en una industria nacional.
No sólo es pan, también helados
Por otra parte, Bread no es la única empresa de Bernardo Flores, también está Bola, la heladería hermana de Bread. Tiene sus raíces en la inspiración encontrada en una cadena de heladerías en Portland, y nació con la idea de ofrecer helados locales, cremosos e innovadores.
La creatividad en los sabores es una de las señas distintivas de Bola. Flores comparte experiencias que van desde helados de cerveza hasta combinaciones como cacahuates garapiñados con cebolla caramelizada.
“Creemos que poco a poquito la gente se va a ir animando más a divertirse con el sabor”, afirma.
La expansión de Bread y Bola no ha sido simplemente un aumento en el número de sucursales, sino una búsqueda de equilibrio entre la tradición artesanal y la innovación.
Flores destaca la importancia de adaptarse a cada comunidad y mantener la esencia única de cada ubicación. La calidad de los ingredientes, la conexión local y la experiencia del cliente son prioridades constantes en su visión de crecimiento.
Finalmente, Flores revela planes de explorar nuevas ubicaciones, sorprender con sabores innovadores y seguir mejorando la experiencia del cliente. Con cada pan y helado que elaboran, Bread y Bola no solo alimentan cuerpos, sino que también construyen historias y momentos para recordar. Su dedicación a la autenticidad y la calidad sigue siendo el ingrediente secreto de su éxito.
