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Los ‘nuevos huracanes’ más peligrosos según la NASA

Foto: NASA, vía Unsplash
Foto: NASA, vía Unsplash

El cambio climático está alterando muchos aspectos de nuestro planeta, y los huracanes no son una excepción.

La NASA ha revelado cómo estos ciclones tropicales están evolucionando, haciéndose más peligrosos y devastadores debido al calentamiento global. Aquí exploramos las razones detrás de estos cambios y sus posibles impactos.

La temporada de huracanes y su impacto

La temporada de huracanes en el Atlántico, que va del 1 de junio al 30 de noviembre, es una época de vigilancia constante. Durante estos meses, las regiones tropicales se convierten en el epicentro de algunas de las tormentas más destructivas del planeta. Estos ciclones tropicales, conocidos como huracanes en el Atlántico, pueden causar pérdidas económicas millonarias, destruir ciudades y dejar a cientos de familias sin hogar.

El calentamiento global está alterando la dinámica de estas tormentas. Según los modelos climáticos, los huracanes del futuro tendrán características que los harán más peligrosos y destructivos. Este fenómeno no solo amenaza a las zonas costeras, sino que también tiene implicaciones globales.

¿Cómo se forman los huracanes?

Para entender cómo el cambio climático afecta a los huracanes, es esencial conocer cómo se forman. Un huracán necesita cuatro “ingredientes” principales: un océano con agua tibia, mucha humedad en el aire, poca o nula variación del viento en la vertical, y una perturbación preexistente como un grupo de tormentas. Si alguno de estos elementos cambia, la formación y la intensidad del huracán pueden verse alteradas.

El aumento de la temperatura del océano y del aire, consecuencia del cambio climático, afecta directamente a estos ingredientes. Este cambio en la “receta” de los huracanes puede resultar en tormentas más fuertes y destructivas.

Huracanes más lluviosos

Los científicos han observado que el cambio climático aumenta los episodios de lluvias extremas. En un mundo más cálido, hay más humedad en el aire en forma de vapor de agua. A medida que la temperatura de la superficie aumenta, se evapora más agua de la tierra y el océano. Los vientos en espiral de un huracán atraen aire húmedo hacia el centro, alimentando tormentas imponentes.

Este aumento de la humedad en el aire provoca lluvias más intensas durante los huracanes. Las precipitaciones extremas pueden causar inundaciones severas, aumentando el riesgo de desastres naturales en áreas costeras y tierra adentro.

Huracanes de mayor intensidad

Los modelos climáticos también sugieren que el cambio climático está incrementando la intensidad de los vientos huracanados. El calentamiento del océano y una mayor humedad en el aire proporcionan más energía a los huracanes. Aunque no se espera un aumento significativo en la frecuencia de los huracanes, sí habrá una mayor proporción de tormentas que alcancen las categorías 4 y 5.

Estos huracanes más intensos tienen el potencial de causar daños catastróficos. Las comunidades costeras y las infraestructuras críticas estarán en mayor riesgo, y los esfuerzos de recuperación pueden ser más difíciles y costosos.

Aumento del nivel del mar y más inundaciones

Foto: Hans Isaacson, vía Unsplash

El cambio climático está provocando el calentamiento de los océanos y el derretimiento de los glaciares, lo que resulta en el aumento del nivel del mar. Desde 1880, el nivel del mar ha aumentado unos 20 centímetros, y se proyecta que para 2100 aumente entre 30 y 122 centímetros más.

Este aumento del nivel del mar significa que las marejadas ciclónicas serán más destructivas. Las inundaciones costeras, una de las mayores preocupaciones durante un huracán, serán más frecuentes y severas. El daño a la vida y a la propiedad puede ser inmenso, y las zonas costeras pueden enfrentar desafíos sin precedentes.

Evidencia y tendencias actuales

Desde la década de 1980, los registros de huracanes han mostrado un período más activo en el Atlántico Norte, con más tormentas y huracanes más fuertes. Estudios recientes indican que el aumento en la proporción de huracanes que se intensifican rápidamente no puede explicarse solo por la variabilidad natural. Esto sugiere que el cambio climático ya está teniendo un impacto notable en la intensidad de los huracanes.

Aunque la frecuencia de huracanes que tocan tierra en Estados Unidos no ha aumentado significativamente desde 1900, el calentamiento global y el calentamiento del Atlántico tropical son factores que podrían cambiar esta tendencia en el futuro.

Los esfuerzos para mitigar y adaptarse a estos cambios son cruciales para proteger a las comunidades vulnerables y reducir el impacto de estos desastres naturales. La NASA y otros organismos científicos continúan monitoreando y estudiando estos fenómenos para mejorar nuestras predicciones y respuestas a los huracanes del futuro.

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