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Pasión por la cetrería, un legado milenario

Cetrería
José Manuel “Chema” Rosillo Valladares

José Manuel “Chema” Rosillo Valladares practica un arte que se remonta a más de cuatro mil años. Es la cetrería, actividad que consiste en criar, domesticar y entrenar para la caza a halcones, águilas y otras aves rapaces.

Desde temprana edad, su fascinación por los animales y la naturaleza lo condujo a explorar esta práctica milenaria. En sus palabras, es una actividad en la que el respeto, la pasión y la conexión con la naturaleza se entrelazan en una armonía única si es bien planeada.  

No solo requiere un conocimiento profundo de las aves y su cuidado, sino también un compromiso ético y legal con su bienestar y preservación.

Para practicarla de manera responsable, resaltó la importancia de estar bien informado sobre las regulaciones vigentes en el estado o país respecto al manejo de las aves, así como de adquirir conocimientos a través de otros cetreros y la literatura especializada en el área. 

Como en cualquier otra actividad, la cetrería también demanda disciplina, orden y una mentalidad abierta para el aprendizaje continuo, ya que no existe una rutina fija de entrenamiento; son el comportamiento y las necesidades del ave las que determinan la pauta a seguir.

Del mismo modo, Chema explica que es esencial dedicar tiempo y reflexionar cuidadosamente sobre cada detalle, con el fin de desarrollar una planificación diaria que mantenga un enfoque claro ante los diversos escenarios que puedan surgir.

Al ser una relación entre tu y otro ser vivo, requiere dedicar tiempo y tener las cosas pensadas… Ya que una vez que el ave está volando pueden pasar muchas cosas fuera de nuestro control”, abundó.

Cetrería y el tiempo sagrado frente a los desafíos

Fuera de la rutina laboral, para José Manuel la cetrería representa un refugio sagrado, un espacio de desconexión del ajetreo diario donde puede encontrar paz y renovar energías frente a su actividad empresarial.

José Manuel “Chema” Rosillo Valladares 

El respeto hacia el entorno natural como hacia las demás personas ha sido un principio que la cetrería le ha inculcado.  Por esta razón, dice que cada persona posee una visión única del mundo, y subraya que esa diversidad merece ser respetada y valorada.

Ante los desafíos, su enfoque es pausado y reflexivo. Dar un paso atrás, analizar la situación y tomar decisiones informadas es su filosofía. Porque en la cetrería, como en su actividad diaria, cada obstáculo es una oportunidad de aprendizaje.

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