LíderLife

DESCARGABLES

Vino y arte, binomios inseparables

Por: Mary López y Daniel Villanueva

La relación entre el vino y el arte es tan intrínseca que nuestros conocimientos sobre la existencia del vino se han desvelado continuamente a través de manifestaciones artísticas. Incluso, este vínculo se remonta a antiguas vasijas de cerámica halladas en la región del Cáucaso, datadas en el año seis mil a.C.

Hemos explorado esta inspiración mutua en diferentes episodios de nuestro podcast, ReWine. En esta página, proponemos las siguientes vías por las cuales este elixir fermentado se conecta con la cultura.

El vino en el arte

Es cuando la bebida del dios Baco se convierte en musa e inspira a los artistas en distintos géneros, ya sea como protagonista o como elemento narrativo; por ejemplo, en diversas coplas flamencas, en el movimiento “Vino, Mujeres y Canción” del quinteto “La Trucha” de Franz Schubert, o en el cuento “El barril de amontillado” de Edgar Allan Poe.

En teatro, “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare presenta al personaje Bottom con cabeza de burro tras beber vino mezclado con jugo del amor. No olvidemos las pinturas que representan la Última Cena de Jesucristo, la infinidad de bodegones, las representaciones de Dionisio o las escenas de vendimias.  

El arte en el vino

Nos referimos al momento en que el arte forma parte, difunde y/o colabora en el mundo de la vid. En este sentido, la danza está unida al prensado de la uva desde sus orígenes, o bien, cuando los arquitectos convierten vinícolas en auténticas “catedrales del vino” en la Rioja, como Santiago Calatrava con las Bodegas Ysios, o las Bodegas Marqués de Riscal.

También Pablo Picasso imprimió su arte en un Château Mouton Rothschild de 1973.  Rinde homenaje por parte del barón Rothschild mediante uno de los vinos más prestigiosos un poco más tarde de la muerte del artista en 1973, seleccionando una de las obras del pintor perteneciente a su colección. La obra en la etiqueta se acompaña de unas palabras en homenaje a Pablo Ruiz Picasso (1881-1973).

El arte hecho vino

Esto pasa cuando la inspiración artística se traduce en la creación del vino. Francis Ford Coppola produce vinos premiados en Napa Valley. Andrea Bocelli y familia producen Prosecco DOC, así como otros vinos IGT.

Foto: Wine Spectator

El vino hecho arte

Más allá de las ocho bellas artes, el vino podría ser una expresión artística por sí mismo, tanto en su elaboración como en su disfrute.

Su elaboración exige un alto grado de creatividad, expresión, conocimiento, técnica, contexto cultural e histórico, tanto de los enólogos como productores en general. En su disfrute, implica a la persona en sus diversas dimensiones: comunica experiencias y se convierten en “sacramentales” que resguardan un alto valor simbólico. 

Además, en la degustación, la experiencia sensorial puede provocar emociones y pensamientos profundos. Después de una copa de vino, Dante Alighieri, Caravaggio, Vincent van Gogh, Ernest Hemingway y muchos otros crearon más obras.

Pocas experiencias son tan gratificantes como disfrutar del “arte con el vino”, ya que —consumido con moderación— el elixir predispone tanto los sentidos internos como externos para disfrutar las experiencias artísticas.

Facebook
Twitter

También puedes leer...