En 2024, se anticipa un crecimiento positivo para la industria del cuidado personal y del hogar, según reportes de la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos y de la Asociación Nacional de la Industria de Productos del Cuidado Personal y del Hogar (Canipec). Este optimismo se fundamenta en nuevas tendencias de consumo y un entorno macroeconómico estable.
Durante 2023, la industria evidenció un repunte notable, especialmente en segmentos afectados previamente por la pandemia de COVID-19. El sector del cuidado personal registró un aumento del 4.2%, mientras que el sector del cuidado del hogar creció un 2.4%, alcanzando un valor total de mercado de 21.3 mil millones de dólares.
Dentro del mercado del cuidado personal, los productos más destacados incluyeron los protectores solares con un incremento del 20.4%, seguidos por las fragancias con un 16% y los productos para el cuidado de la piel con un 9.4%. En el ámbito del hogar, los aromatizantes ambientales, los detergentes para platos y los productos de lavandería también mostraron aumentos significativos.
¿Por qué crece la industria del cuidado personal?
Las proyecciones para 2024, basadas en un estudio de Euromonitor, indican que la demanda se orientará hacia productos multifuncionales que promueven la belleza natural, lo que sugiere que el cuidado de la piel continuará siendo una categoría prominente.
Este escenario también promueve un tipo de consumidor inteligente, que prioriza obtener productos eficaces, pero a la vez cuida su dinero, sin embargo, es un consumidor que si aprecia que un producto le brinda atributos con un valor real para sus necesidades hará un esfuerzo de compra, aunque implique un mayor gasto.
El consumidor mexicano está cada día más consiente en temas del medio ambiente y su cuidado, por lo que año con año las empresas y sus marcas crecen sus portafolios de productos con empaques y envases que contribuyen a la sustentabilidad, logrando así una conexión con el consumidor que busca cuidar de su entorno.
Factores adicionales como mayor inversión extranjera, una economía robusta, y un consumidor más consciente del medio ambiente, que prefiere productos sostenibles, fortalecen esta perspectiva positiva. Esto refleja una tendencia hacia un consumo más responsable y una mayor atención a la sustentabilidad en la producción y el empaquetado de productos.
