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Una sinfonía de equilibrio: Mariana Meade

Una sinfonía de equilibrio: Mariana Meade

En la vida de Mariana Meade Rangel, el golf y el pilates han trascendido lo meramente recreativo para enriquecer su labor docente como Guía Montessori y directa del Jardín de Niños Montessori, Bosques de San Luis.

La incorporación de ambas actividades a su vida creó un refugio que revitaliza y potencia su rendimiento en el cuidado y enseñanza de sus alumnos.

En la práctica también halló un camino hacia un bienestar mental para liberarse del estrés, clarificar su mente y mantener un cuerpo saludable frente al desgaste físico y mental que implica su profesión. 

Lejos de incrementar su fatiga, Mariana asegura que ambas disciplinas le han permitido iniciar y concluir sus días con una energía renovada. Entre semana, dedica una hora diaria a cada actividad: toma clases de pilates por la mañana y por la tarde acude a la práctica de golf. 

Me ayudan por medio de la formación de la disciplina y constancia. Para lograr algo, tenemos que invertir tiempo y esfuerzo, y ambas disciplinas me lo han reafirmado”, compartió.

Además de Guía Montessori, Mariana es licenciada en Educación Inicial y Preescolar, así como en Administración de Empresas. Su pasión por la educación infantil la ha llevado a dedicar trece años a la docencia, período en el que ha enriquecido su trayectoria con cursos y congresos realizados en México y Europa.

Uno de sus proyectos que destaca es la creación de libros de estudio inspirados en el sistema Montessori, los cuales integran áreas como el aprendizaje del inglés, la lectoescritura en inglés y español, matemáticas y biología

Actualmente, los materiales se venden y utilizan en colegios Montessori en San Luis Potosí y Querétaro

Paciencia, constancia y concentración 

La inspiración de Mariana en pilates comenzó como parte de su rutina de ejercicios, enfocados en mejorar su flexibilidad y control corporal. En cuanto al golf, su interés se despertó por la influencia de su padre, a quien comenzó a acompañar para pasar más tiempo juntos.  

Practicar cada actividad ha sido esencial en el desarrollo de su paciencia y tolerancia a la frustración, habilidades cruciales tanto en el campo de juego como en el aula.

Establecer metas a largo plazo y trabajar paso a paso hacia ellas es una lección que aplico tanto en mi práctica deportiva como en mi enfoque educativo“, comenta.

Asimismo, los desafíos que ha enfrentado en el golf, en particular, le enseñaron valiosas lecciones sobre el manejo de emociones y la importancia de la constancia.

Además, enfocarse en aciertos en lugar de los errores durante el juego le permitió relajarse y mejorar su desempeño deportivo. Estos conceptos los integró en su práctica docente mediante estrategias que fomentan la resiliencia y la concentración en sus alumnos. 

Cuando mis niños se sienten frustrados, les recuerdo que deben enfocarse en sus logros y que, con práctica, lograrán sus objetivos. Es una filosofía que me ha ayudado en el golf y que ahora enriquece mi enseñanza“, explica.

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